En esta tercera Guía profundizaremos en aspectos técnicos y en los diseños de altavoz más empleados, para que elijas altavoz como un atentico experto.
profundizaremos un poco mas, haremos especial referencia a los diferentes tipos de altavoces teniendo en cuenta las soluciones técnicas utilizadas para su desarrollo.
1.- Sensibilidad de los altavoces:
Un primer factor a considerar, después de los criterios básicos tratados en las guías anteriores es el rendimiento de los altavoces, esto es, su sensibilidad en decibelios, medida aplicando un vatio a un metro de distancia, dato que normalmente facilitan los fabricantes. Es un dato de particular interés para el aficionado ya que condiciona el tipo y potencia de la amplificación que se vaya a asociar.
Se pueden considerar altavoces de bajo rendimiento los que están por debajo de 86 decibelios. Normalmente son altavoces de pequeño tamaño, diseño monitor, que para conseguir dar un grave aceptable pagan el precio de ese bajo rendimiento, por lo que precisan de amplificadores muy potentes y con una alta carga de energía.
Se consideran de sensibilidad normal, los altavoces.
En el lado opuesto encontramos los altavoces de alto rendimiento, por encima de 92 decibelios, llegando en ocasiones a superar los 100 en los altavoces de bocina exponencial.
Tengamos en cuenta que por cada 3 decibelios, la presión sonora se dobla, por lo que un altavoz de 93 dbs producirá el doble de presión sonora que uno de 90 dbs con la misma potencia del amplificador.
El alto rendimiento se consigue gracias a unos imanes permanentes con mas carga magnética, bobinas y conos mas ligeros, y suspensiones mas elásticas. Estos altavoces como es lógico suponer, precisan de amplificadores con menos potencia para una presión sonora determinada, a menos potencia aplicada normalmente menos distorsión y más naturalidad del sonido.
Sin embargo, no todo son ventajas en el alto rendimiento. La respuesta en frecuencia de un altavoz de alto rendimiento rara vez es lineal, precisan de recintos muy grandes para proporcionar un buen grave y la zona media y alta del espectro suele estar demasiado presente.
Dichos problemas requieren de soluciones complejas, como usar crossovers muy elaborados con una parte de ecualización pasiva, o utilizar amplificadores específicos compensados electrónicamente para los graves más bajos.
Situados en medio de los anteriores, se encuentran la mayoría de altavoces de alta fidelidad, es decir, los de una sensibilidad comprendida entre entre 87 y 90 dBs.
Estos representan un compromiso muy habitual, no exigen potencias elevadas y disponen de una suficiente capacidad dinámica para la mayoría de los aficionados.
Después de esta primera clasificación por rendimiento, pasamos a enumerar algunas de las soluciones técnicas concretas mas habituales ofrecidas por los fabricantes de altavoces (no pretende ser una lista exhaustiva puesto que hoy en día resulta casi imposible recoger la gran cantidad de tipologías de diseño que existen).
2.- Tipologías – Soluciones técnicas de diseño de altavoces.
Las más empleadas:
– Bass réflex.
Se hablo de este sistema en el capitulo anterior.
– Caja cerrada:
Se hablo de este sistema en el capitulo anterior.
– D’Appolito:
Este sistema debe su nombre al ingeniero Joseph D’Appolito, también conocido por las siglas: MTM (midwoofer, twetter, midwoofer) ya que esta es su disposición, el twetter situado entre dos woofers o midwoofers en el mismo eje vertical. Con este sistema se consigue un buen patrón de radiación vertical gracias a los dos woofers y una buena transición entre las frecuencias radiadas por el twetter y los woofers, como contrapartida es mas sensible que un diseño convencional a la posición del oyente respecto a las cajas y exige un diseño mas complejo del filtro de cruce.
Un ejemplo de altavoz con configuración D’Appolito.
– Caja con altavoz activo más pasivo:
Este sistema es muy parecido a la caja réflex, difiere de esta en que utiliza un altavoz pasivo para aumentar la respuesta en graves del transductor (driver) principal. Es decir, un radiador sin parte eléctrica, en lugar del puerto réflex.
Se calcula y sintoniza de manera parecida a la caja réflex, pero en lugar de variar el diámetro y longitud del tubo para sintonizar la caja a la frecuencia deseada, se utiliza carga de peso en la membrana pasiva. Como principal ventaja, al no escapar aire del recinto por el puerto reflex, el altavoz pasivo produce menos ruido indeseado lo cual favorece una reproducción mas precisa y una mayor inteligibilidad. Como contra, es algo mas compleja de poner a punto que un sistema réflex o cerrado.
Un ejemplo de altavoz con radiador pasivo es el Marten Parker Duo.
– Isobáricos:
Tomando su nombre de las líneas isobaras, esta disposición consiste en dos altavoces de graves funcionando en paralelo uno detrás del otro, con un pequeño volumen de aire cerrado entre ellos, un altavoz esta oculto a la vista, solo podemos ver el frontal.
La principal ventaja de este sistema es que permite disminuir considerablemente el volumen de la caja para un mismo extremo grave. El rendimiento en decibelios es el mismo que si se utilizara un solo altavoz, no aumenta el rendimiento, pero exige mas capacidad de potencia al amplificador y requiere maestria del diseñador para afinarlo bien.
Su ventaja es que proporciona un grave muy limpio y bien definido, mejor del que correspondería a ese tamaño de caja y woofer.
– Caja abierta/Di-polo:
La caja abierta es un diseño en el que realmente no podemos hablar de una caja, si no mas bien de un panel en el que se alojan los altavoces. Necesita de grandes dimensiones para alejar la onda frontal del altavoz de la onda de la parte trasera, puesto que al no haber una división física, las ondas de presión de la parte frontal de los altavoces y las de la parte trasera, que están en fase opuesta, se encuentran en el limite del panel y se cancelan produciendo una notable caída en las frecuencias bajas que corresponden al tamaño del panel. Al estar en contrafase, la cara frontal con la trasera, funcionan como un di-polo. Básicamente en una tabla con un agujero donde va situado el woofer, cuya única función es impedir el cortocircuito acústico. Al no haber un recinto -caja- propiamente dicho, esta construcción no tiene ningún problema de resonancia, ya que no hay paredes contra las que pueda resonar o coloración debida a la caja.
El patrón de radiación del Di-polo es en «figura de ocho» en el que el volumen cae hacia los lados del recinto donde se maximiza la interferencia entre las ondas anterior y posterior.
Hay una variante de altavoz dipolo en que se montan dos controladores, uno sobre el otro, en una configuración push-pull, montados en una pared del gabinete que divide dos compartimentos abiertos.
Ventajas del Di-polo
Una ventaja de los dipolos es que el sonido se concentra en el área de escucha debido a la radiación de frecuencias en forma de ocho. Esto significa que para un volumen de salida determinado, las ubicaciones que se encuentran dentro de la «zona muerta» del altavoz perciben un sonido mas atenuado de como lo harían con los recintos más tradicionales. Por ello las interacciones con la sala de escucha son mínimas, ya que las zonas donde hay presión sonora son pequeñas en comparación con otros tipos de altavoces.
Se dice que los altavoces dipolo son mejores para los altavoces traseros en los sistemas de sonido envolvente, aunque esto se discute (o al menos el éxito depende de factores como la acústica de la habitación, el tipo de música, etc.). El estándar THX especifica dipolos para los altavoces de sonido envolvente en el cine en casa, pero esa parte de la especificación a menudo se ignora en la práctica.
Pueden resultar útil para reducir la estimulación de los modos de sala resonantes a bajas frecuencias. También da como resultado que las altas frecuencias se reflejen en cualquier pared trasera, lo que puede mejorar la naturalidad del sonido en salas de escucha convencionales, al crear una reverberación más difusa , pero en contrapartida puede “difuminar» la localización estéreo . Por esta razón, los altavoces dipolo se utilizan a menudo como canal envolvente (altavoces, donde se desea un sonido difuso para crear ambiente).
Podemos decir que tienen a su favor la naturalidad, baja coloración y una imagen sonora más grande, pagando el precio de una respuesta en graves muy pobre, lo que obliga para compensar esto, el usar altavoces muy grandes, de 15” o mas, así como sistemas de amplificación ecualizados para aumentar el rendimiento en bajas frecuencias.
Desventajas del Di-polo
Esta construcción es menos eficiente porque, para el mismo controlador (driver), un dipolo da como resultado un nivel de presión sonora menor que un gabinete cerrado y ciertamente mucha menos ganancia que un altavoz de bocina -Horn- bien diseñado.
Exigen además ser ubicados cerca de las paredes y que la construcción de las mismas sea solida (cemento, hormigón, ladrillo) pues de lo contrario el grave se pierde y el sonido se vuelve descompensado.
– Bi-polo:
Este sistema es habitualmente usado en canales posteriores de un sistema surround, consiste en dos unidades de altavoz radiando en direcciones opuestas pero en fase entre ellos, se utiliza este principio para lograr un patrón omnidireccional en altas frecuencias. Este tipo de dispersión es particularmente efectivo para los efectos envolventes de un sistema Home Cinema, utilizándose muy poco en otro tipo de aplicaciones.
– Altavoces electroestáticos o de cinta:
Son otro tipo de di-polo de caja abierta pero en lugar de utilizar altavoces convencionales utilizan paneles electroestáticos que se excitan mediante una carga eléctrica asociada a la señal de entrada. El sonido lo produce un diafragma de material plástico recubierto con un material conductor que vibra entre dos rejillas conductoras de electricidad accionadas en anti-fase. Como ventaja principal tienen la característica de una casi nula distorsión armónica y una gran espacialidad de la imagen sonora. Como inconvenientes, de igual manera que el panel abierto que también funciona como di-polo cancela las frecuencias cuya longitud de onda sea más larga que la anchura del panel, la respuesta resulta pobre en bajas frecuencias, lo que obliga a tamaños de altura y anchura considerables o a usar sistemas híbridos; radiación di-polar electroestática para agudos y medios y un altavoz convencional en caja cerrada o réflex para los bajos.
– Infinito:
Se considera recinto infinito todo aquel recinto cerrado superior a los mil litros, un volumen de aire tan grande tras el altavoz no afecta en nada al funcionamiento del transductor, las ondas de presión posteriores pierden toda su energía dentro del reciento cerrado sin afectar al altavoz, este funcionara según sus especificaciones y características, es en teoría, el recinto perfecto para el grave, obviamente su principal problema es el tamaño, difícil de encajar en una sala de audición.
– Cuarto de onda o transmisión line:
Este diseño utiliza la longitud de la caja como herramienta para reforzar las bajas frecuencias, típicamente un cuarto de la longitud de onda de la frecuencia que se quiere reforzar, para ello se crea una especie de laberinto detrás del altavoz de graves que termina en una boca de salida de tamaño variable. Es una de las mejores soluciones para proporcionar un grave de calidad, teniendo como únicos puntos en contra el tamaño requerido de la caja y su alta complejidad técnica. Resulta apropiado para transductores de tamaño pequeño y medio, siendo casi imposible de usar con woofers por encima de las ocho pulgadas. Existen numerosas variantes técnicas teóricas del principio de cuarto de onda, pero comercialmente son sistemas muy poco utilizados por el tamaño requerido y la complicación de diseño.
En un siguiente capítulo veremos sistemas de altavoces menos frecuentes, pero que se están popularizando, como son los Horns (con sus variantes), los altavoces Full Range o “single driver” y los de tipo “Line Array”.