
Las características técnicas más importantes de un amplificador son:
- Potencia
- Ganancia
- Distorsión (0.5%THD)
- Margen dinámico del amplificador
- Ancho de banda
Potencia:
Es la cifra de potencia entregada por el amplificador expresada en watios. Los fabricantes suelen dan la cifra de potencia de salida RMS a un nivel concreto de distorsión THD muy bajo.
Ojo, si se “mete caña” al amplificador, por ejemplo sobrecargando su entrada o llevando el volumen al limite máximo de salidad, el amplificador envía más potencia de la aconsejable, generando distorsión. Luego la potencia de salida del amplificador puede aumentar por encima de la especificación dada por el fabricante, pero a costa de generar mas distorsión (algunos amplificadores llevan una protección que corta la salida, lo que se conoce como “clipping”. en estos casos el fabricante opta por limitar la potencia antes que produzca distorsión armónica).
Un amplificador que destaca por su potencia es el Gryphon Essence
LA POTENCIA RECOMENDADA
Un exceso de potencia del amplificador puede llegar a romper los motores de medios o graves de tu altavoz, aunque para que esto pase normalmente hay que ir al doble o mas de potencia que la recomendada en los altavoces. Si el volumen es demasiado alto llevando al máximo, el amplificador satura y genera distorsión que puede dañar los drivers de tus altavoces. Es la distorsión de alta frecuencia.
Distorsión en alta frecuencia
La potencia extra que se genera al llevar al limite la salida del amplificador tiene mucha distorsión armónica. Y mayormente esa potencia adicional generada producirá distorsión en la zona de alta frecuencia. Esa distorsión armónica en alta frecuencia aumenta de forma significativa el nivel de energía en alta y podrían llegar a dañar los tweeters de tus altavoces.
Asi que al contrario de lo que se podría pensar sin mas conocimiento técnico, son los pequeños amplificadores trabajando cerca de su límite, los que pueden dañar tus altavoces mientras que es poco habitual que un amplificador potente y de calidad lo haga.
Es por esto que usándolo con sensatez, obtendrás mejor sonido, sin riesgos, con un amplificador de al menos el 50% y hasta el doble mas de potencia que tus altavoces.
Nota: Al margen de lo anterior, amplificadores audiófilos con tecnologías especiales, como los amplificadores de válvulas (Tubos) o los amplificadores que trabajan en CLASE A – como el Canor AI 1.20 -, ofrece excelentes resultados, incluso excepcionales, aunque sus potencias RMS raramente superan los 25 a 70 W. Por ejemplo, la potencia de un amplificador con válvulas equivale -subjetivamente- a la potencia multiplicada por dos, si se compara con al de un amplificador convencional.
Consejos :
- Evitar la distorsión a toda costa: Es, sin duda, lo más peligroso para nuestros altavoces. No hay nada como mantener una buena curva de ganancia y tener los niveles bajo control
- Sobredimensionar (con mesura) el amplificador: Si vamos a trabajar con señales de gran dinámica (y por tanto factor cresta más o menos grande) es conveniente que los amplificadores generen más potencia que la que admiten los altavoces. Una orientación de la proporción óptima podría ser que el amplificador genere entre un 50% y un 75% más de la potencia eficaz del altavoz.
- Evitar hacer conexiones o desconexiones con el amplificador encendido: Hacer esto puede generar señales de pico momentáneas que pueden dañar las bobinas de los altavoces.
Potencia de salida (output power): El fabricante da los valores de potencia eficaz (RMS)¹ para 8/6/4 ohmios.
Dynamic Headroom: expresa, en decibelios, la razón entre la potencia de salida máxima que un amplificador puede producir en cortos períodos de tiempo (décimas o algún segundo) y la potencia RMS. Seria la potencia de pico. Un equipo con un valor de 3 dB indica que la potencia máxima que puede alcanzar es el doble de la RMS.
Distorsión: Hay dos tipos de distorsión a tener en cuenta en un amplificador: Distorsión armónica Total (THD)¹ y distorsión por InterModulación (IM)¹ , un buen valor es menor del 0,1 %.
Un ejemplo de amplificador que elimina la distorsión armónica y de intermodulación es el NAD M23
Respuesta en frecuencia: indica la variación de la amplificación respecto a la frecuencia. Normalmente se indica como un rango de frecuencia con una variación expresada en dBs: 20 Hz – 20 KHz ±0,1dB y entre 10Hz – 60 KHz , 2dB.
Damping Factor o Factor de amortiguamiento: es el cociente entre la impedancia del altavoz -resistencia de salida- conectado al amplificador y la impedancia de salida de la etapa de potencia (décimas de ohmio).
Este factor establece la capacidad del amplificador de frenar al altavoz cuando cesa la señal aplicada, de forma que no se quede vibrando a su frecuencia de resonancia, esto hace que el sonido sea más limpio, que queden espacios temporales libres de sonido. Un ejemplo de alto amortiguamiento es cuando estamos en un bar con la música alta, hablamos con otra persona y se nos entiende perfectamente.
Un amplificador que sobresale por su elevado Damping Factor es el Accuphase E-4000 y E-800.
Es importante destacar la influencia de los cables empleados entre el amplificador y los altavoces pues condiciona el Damping Factor de la misma manera que el propio diseño del amplificador. Su valor está influenciado por la longitud, sección y calidad del cable utilizado, así como de la impedancia de la caja acústica conectada.
Un valor por debajo de 20 no se debe permitir, preferible un valor por encima de 50.
Si el factor de amortiguamiento es menor de 20, la calidad del sonido se verá muy afectada, escucharemos un sonido muy apelmazado, con poca nitidez.
Relación señal/ruido: Relación entre el nivel de señal máxima sin distorsionar y el ruido de fondo generado por el amplificador:
En Hi-End se dan valores de hasta 115 o 120 dB.
Sensibilidad de entrada: es el nivel de tensión eficaz (VRMS) que se necesita aplicar en la entrada del amplificador para obtener la potencia máxima (nominal) en la salida, manteniendo los controles de nivel de entrada al máximo.
Impedancia de entrada: Es la carga que ofrece el amplificador al previo.
GLOSARIO DE TÉRMINOS HIFI
High Fidelity o alta fidelidad, son equipos de sonido de uso doméstico, habitualmente de tipo modular que cuidan mucho sus características para ofrecer un sonido de alta calidad. La alta fidelidad es una norma de calidad que significa que la reproducción del sonido es muy fiel al original. La alta fidelidad intenta que los ruidos y la distorsión sean mínimos. En 1973, el Instituto Alemán de Normas DIN 45500 estableció requerimientos mínimos para las medidas de respuesta de frecuencia, distorsión, ruido y otros defectos y logró reconocimiento de las revistas de audio como criterio mas objetivo de clasificación.
Equipos como los Hi-Fi, también para uso en el hogar, pero con una características de calidad superiores a estos. Son lo mejor y más caro del mercado doméstico, destinados a audiófilos que buscan el mejor sonido.
Ajustes ubicados en el amplificador HiFi, que realzan o atenúan tanto los graves (frecuencias bajas) como los agudos (frecuencias altas), consiguiendo adecuar el sonido a las preferencias del usuario.
La indicación RMS viene de Root Mean Square o valor cuadrático medio. Es la potencia máxima que es capaz de entregar el amplificador de forma continua, se utiliza para compararla con otros amplificadores. Algunos fabricantes, intentan confundir al comprador aportando valores de potencia máximos o de pico, superiores al RMS que no sirven para comparar potencias entre equipos de diferentes marcas.
Estándar establecido por la Comisión Federal de Comercio, que requiere que el fabricante indique la potencia media nominal (RMS) que entrega el amplificador con ambos canales sonando a la vez, y dentro del rango de frecuencia anunciado como estándar (por lo general de 20 Hz a 20 kHz), sin superar un límite de distorsión armónica total (THD), usualmente 0.1%. También deben cumplir con una cierta desviación máxima de fase eléctrica y mantener acotado el ruido de fondo en un nivel especificado.
Estándar establecido por la Asociación de Industrias Electrónicas, refleja la potencia de salida de un solo canal sonando en una banda de frecuencias medias, por lo general de 1 kHz, con 1% de distorsión armónica total (THD). Esta norma infla la potencia entre 10 y 20% más que el estándar FTC.
Es una configuración de la etapa de potencia en la que se hace trabajar a los dos canales como si de uno sólo se tratara. Se consigue una gran potencia, más que la suma de ambos canales y se conecta un único altavoz, generalmente entre las bornas positivas de ambos canales.
Se mide en ohmios y depende de la frecuencia. Su valor por tanto fluctúa en función de la frecuencia, más o menos según las características de los altavoces. Por lo tanto, el factor decisivo es siempre el valor de impedancia más bajo que un altavoz alcanza en todo el espectro de frecuencias.
Este valor se denomina “impedancia límite inferior”. Para los amplificadores, los valores por encima de 4,0 Ohm no son críticos. Si la impedancia del límite inferior es de 2,0 Ohm o menor sólo unos pocos amplificadores pueden entregar la potencia de forma estable y sin distorsión. En estos casos los amplificadores a válvulas están descartados.
La forma de la onda entregada por un amplificador difiere ligeramente de la aplicada a la entrada, esto es debido a que el amplificador modifica su timbre¹ (nivel de sus armónicos). La distorsión armónica total mide, en % , esta variación. Un valor menor de 0.1 % está bien para una etapa de potencia. Para amplificadores Hi-Fi y Hi-End se manejan valores inferiores a 0,05 % .
Si introducimos en un amplificador dos tonos puros (ondas senoidales) de frecuencias f1=1000Hz y f2=100Hz en la salida tendremos estos tonos y además los armónicos suma y diferencia, es decir:
f1, f2, f1+f2, f1-f2 , 2(f1+f2), 2(f1-f2), 3(f1+f2), 3(f1-f2), …
La distorsión por intermodulación mide en % el nivel de estos productos de modulación, tomando como referencia el nivel de los tonos f1 y f2. Un valor menor de 0.1 % está bien para un amplificador profesional.
Cualquier sonido de frecuencia f1 puede descomponerse en una serie de tonos puros (ondas senoidales) con frecuencia múltiplo del sonido original (f1, 2f1, 3f1, etc.), a estos tonos se les llama armónicos, y la suma de todos ellos define el timbre de ese sonido.
Las curvas isofónicas son curvas de igual sonoridad mediante las cuales se calcula la relación existente entre la frecuencia y la intensidad (en decibelios) de dos sonidos para que éstos sean percibidos como igual de fuertes por el oído, con lo que todos los puntos sobre una misma curva isofónica tienen la misma sonoridad. La sonoridad se mide en fonios y si 0 fonios corresponden a una sonoridad con una intensidad de 0 dB con una frecuencia de 1 kHz, también una sonoridad de 0 fonios podría corresponder a una sonoridad con una intensidad de 40 dB con una frecuencia de 90 Hz.
En estas curvas isofónicas se observa como, a medida que aumenta la intensidad sonora, las curvas se hacen, cada vez, más planas. Esto se traduce en que la dependencia de la frecuencia es menor a medida que aumenta el nivel de presión sonora, lo que significa que si disminuye la intensidad sonora los últimos sonidos perceptibles en desaparecer serían los agudos (altas frecuencias).
Las primeras curvas de igual sonoridad fueron establecidas de forma experimental por los físicos estadounidenses Harvey Fletcher y Wilden A. Munson en 1933 mientras trabajaban para Bell Labs por lo cual llevan sus apellidos. 1Estas curvas fueron recalculadas por D. W. Robinson y R. S. Dadson en 1956.
El oído humano responde mal a la baja frecuencia, y necesitamos mucha más energía para escuchar los graves que los agudos (esto se refleja en las famosas curvas isofónicas de Fletcher y Munson, es por esto que si medimos con un analizador veremos que la señal en alta frecuencia contiene, habitualmente, de 10 a 20dB menos que las frecuencias medias y graves. Es por esto que el transductor de agudos de cualquier altavoz estará soportando en la práctica, a lo sumo un 10% de la potencia que consumen las vías de medios y graves.
Esta distribución de la energía en el espectro sonoro es algo que juega a nuestro favor: Una caja acústica de 100W, tendrá un motor de agudos que tenga que trabajar, aproximadamente, con unos 10W. Si el fabricante utiliza un tweeter capaz de aguantar 20W (es habitual sobredimensionar la resistencia de estos componentes), entonces tenemos un factor de seguridad muy grande en la alta frecuencia. Si el componente tiene que trabajar en condiciones normales con 10W y aguanta 20W, en principio no deberíamos tener ningún problema.”